Filippo Grispigni
considera que la Antropología criminal es la ciencia que estudia los caracteres
físico-psíquicos del hombre delincuente, y, sobre la base de éstos, juntamente
con las influencias del ambiente y de las circunstancias, apunta a explicar la
génesis de los hechos criminosos particulares y añade que, así como la
antropología general es el estudio del hombre en su unidad de espíritu y
cuerpo, así, también la Antropología criminal estudia ambos aspectos de la
personalidad el delincuente en sus relaciones recíprocas.
Se atribuye a Cesare
Lombroso el nacimiento de la Antropología criminal quien consideraba que el hombre delincuente
es una especie particular de hombre dotado de peculiares características
somáticas funciones y psíquicas que constituyen el “tipo delincuente” o “delincuente nato” que –según Lombroso- es idéntico
al loco moral, con base epiléptica, explicable principalmente por atavismos y
un tipo biológico y anatómico particular:
Escasez de cabellos, frente fugitiva, mandíbula bien desarrollada, reducida capacidad craneal, senos frontales desarrollados, espesor mayor de los huesos del cráneo, gran agilidad, insensibilidad moral, ausencia de remordimiento, la pereza, la pobreza de afectos, la inclinación a los placeres venéreos, la superstición, etc,;
Carlos
Fontán Balestra dice que la Antropología Criminal estudia al delincuente en su
totalidad psico-física.